Antonio Berni en el MALBA



El comentario que nos hicimos al concluir de ver esta exposición fue: ¿cómo es posible que no conociéramos a Antonio Berni? Los mas entendidos no tendrán semejante laguna, pero seguramente muchos compartirán nuestro desconocimiento sobre este artista argentino que no dudamos ahora en calificar de genial.

MALBA es acrónimo del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, una institución abierta al público en 2001 que posee una interesante colección permanente de arte de Latinoamérica, no muy extensa pero bastante significativa, con obras de 160 artistas modernos y contemporáneos, entre los que cabe destacar a Diego Rivera, Frida Kahlo o Botero.


También dedica un amplio espacio a exposiciones temporales. Coincidiendo con nuestra estancia en Buenos Aires en enero de 2015 tuvimos la fortuna de que en ese marco se exhibiera una amplísima muestra, producida de forma conjunta por MALBA y el Museum of Fine Arts de Houston, de 150 obras creadas por Antonio Berni entre 1958 y 1978, cedidas por la familia del artista y por veinticinco colecciones públicas y privadas de Argentina, Uruguay, Estados Unidos, España y Bélgica.


Antonio Berni -nuestro gran desconocido- fue un artista argentino que vivió de 1905 a 1981. Descendiente de inmigrantes italianos, con nueve años comenzó a trabajar como aprendiz con un artesano catalán vidriero y más tarde estudió pintura en el Centre Catalá de Rosario, llegando a realizar su primera exposición de óleos en 1920, con 15 años. En 1925 consiguió una beca para estudiar en Europa y, tras una temporada en Madrid, acabó residiendo en París, donde se relacionó con Louis Aragon y André Breton, llegando a participar en el movimiento surrealista. En 1930 regresó a Argentina, a su ciudad natal de Rosario, donde, profundamente sensibilizado por la realidad circundante, abandonó el surrealismo para practicar la pintura social extraordinariamente comprometida que caracterizará su obra hasta el final de sus días. Su pintura "Manifestación", realizada en 1934 y expuesta en la colección permanente del MALBA, es un buen ejemplo del camino que emprendió.


La muestra de Antonio Berni expuesta en el MALBA, a pesar de su amplitud, no es una antológica general de la obra del artista sino que se centra exclusivamente sobre las creaciones dedicadas a dos personajes de su invención que alcanzaron un notable grado de popularidad en Argentina y le catapultaron también al gran mercado internacional: Juanito Laguna y Ramona Montiel.

Juanito Laguna va a la ciudad (1963)
El personaje de Juanito Laguna lo creó en 1958 y está inspirado en los niños de las villas miseria que surgieron en Buenos Aires en la década de 1930 y crecieron desmesuradamente en los 50 y 60. Antonio Berni concibió a Juanito como hijo de un peón metalúrgico, "un chico pobre pero no un pobre chico" -en palabras de su creador- que se divierte como los demás niños jugando en la calle pero sueña al mismo tiempo con superar la situación de miseria circunstancial en la que vive. Los cuadros dedicados a Juanito son, predominantemente, de gran formato y enorme fuerza expresiva y se caracterizan por la incorporación de materiales de desecho propios de las villas miseria, a través de las técnicas de collage y ensamblaje.

La familia de Juanito Laguna (1960)

El mundo prometido a Juanito Laguna (1962)
La familia de Juanito emigra (1970)

Ramona Montiel, el otro personaje arquetípico de Berni, es una joven de barrio que, agotada por interminables jornadas de trabajo como costurera, sucumbe a la tentación del lujo y la buena vida y se hace prostituta. También en esta serie Berni incorpora materiales físicos a sus cuadros, pero no serán ya los desechos industriales representativos del universo de Juanito sino restos del atrezzo propio de Ramona: vestidos viejos, lentejuelas, botones, encajes, pasamanerías...

Ramona bebé (1963)



Ramona sirvió también de pretexto a Berni para experimentar innovadoras técnicas de grabado a partir de vaciados sobre madera, que denominó xilo-collage y xilo-collage-relieve. La exposición mostraba profusamente este tipo de producción, exhibiendo tanto las planchas de madera vaciadas como los grabados resultantes. El relieve alcanzado en algunos detalles es realmente sorprendente.



Finalmente hay que hacer referencia a los "monstruos" de Berni. Artefactos de considerable envergadura compuestos también con materiales reciclados y de desecho que, con gran sentido del humor, representan inicialmente los temores que acechaban a Juanito en sus vivencias, para pasar luego a encarnar las pesadillas que atormentaban a Ramona como consecuencia de sus frustraciones.


En definitiva, una magnífica exposición que nos ha permitido descubrir a un formidable artista, a través del impactante y -al mismo tiempo- emotivo universo de dos personajes que parecen palpables en su extraordinario realismo.

La navidad de Juanito Laguna (1961)